Coronel Suárez, la mejor opción para hacer turismo rural en estas vacaciones de invierno

Se lo conoce como la “capital del polo”, pero Coronel Suárez es mucho más por todas las actividades que se pueden realizar relacionadas con el campo y la cultura de los alemanes del Volga.

Por Lola López Quai (lola.elcafediario@gmail.com)
El Café Diario

Imagináte campo que no se termina nunca, un casco de estancia que te pone la piel de gallina, postres alemanes y comida casera y humeante. Ah, y peña a pura guitarra en una pulpería de un pueblo de pocos habitantes. Llegaste a Coronel Suárez, a 550 km de la Ciudad Autónoma Buenos Aires -al sudoeste de la provincia de Buenos Aires- y te espera un grupo de Turismo Rural del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria).

Te sugerimos comenzar en los pueblos de los alemanes del Volga (son 3 en Suárez) donde viven los descendientes de aquellos primeros alemanes que llegaron a Argentina a fines del siglo XVIII (18) después de vivir en Rusia, cerca del río Volga (de ahí su nombre).

 

Desayuno alemán

La primera recomendación es desayunar en la panadería Los Trigales, en el pueblo San José de los alemanes del Volga. Está ubicado a 5 kilómetros del centro de Suárez. Aquí encontrás ricuras alemanas con crema, manteca y todo para ser feliz, como rivel küchen, füllsen (los tenés que googlear) y, por supuesto, strudel. Así podés empezar la jornada de turismo bien arriba.

Tucos y chocos en Weimann Haus

Este restó y a la vez hotel se ubica en otro de los pueblos “del Volga”, Santa María, a 15 kilómetros de Suárez. Acá te recibe Javier Graff, cocinero profesional de origen obviamente alemán, y también chocolatero. Es decir, que aquí podés probar platos típicos alemanes y terminar con bombones de vanguardia (con diseño y sabores novedosísismos), y una réplica/homenaje a la bananita Dolca rebautizada bananita Baum. Es “El” lugar para probar recetas caseras pero con presentación profesional. También te podés quedar a dormir.

Cabalgatas e historia en Santa Ana

Una estancia de mil hectáreas en producción agropecuaria y con un casco hermoso y antiguo con pisos de madera y escaleras llenas de anécdotas. Podés andar a caballo, comer carne al asador y quedarte a dormir en habitaciones espaciosas y luminosas. El plus: los hogares con fuego siempre crepitando.

Negroni y pasta italiana en Gringo Viejo

Gringo Viejo es un restaurante de campo (a 7 kilómetros de Suárez) donde te atienden Tito y Mabel. Un lugar para simplemente disfrutar. ¿De qué? De los 14 platos del antipasto, de los espaguetis recién amasados, de la carne al horno de barro, del tiramisú en el que la cuchara se hunde con dicha y, of course, del Negroni con el que Tito te recibe apenas ponés tu existencia en su comedor.

Arte y peña en pulpería La Tranca

La Tranca es una pulpería ubicada en el pueblo de Cura Malal, a 20 kilómetros de Suárez. Aquí te recibe Mercedes, artista plástica y ‘pulpera’. Es espectacular ir siempre, pero los viernes aún más porque hay una peña abierta a la que concurren músicos y parroquianos de la zona. Empieza sobre las 10 de la noche y te quedás hasta la mañana siguiente. O también, ya que estás, podés quedarte a dormir porque la posada está pensada incluso para dar alojamiento a turistas y a artistas que necesiten conectarse con su interior. Vos elegís cuál ser.

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